Deslígate de mí.

Deslígate de mí.

Dos meses de tu anhelada llegada y ya te quiero dejar claro que no quiero que seas una continuación mía, ni que mis pasos sean una atracción para ti, si mis genes fueron demasiado laboriosos y hoy todos dicen que te pareces a mí, quiero dejarte claro que quiero que te desligues.

Dos meses son insuficiente para que me recuerdes, sin embargo yo siento que recordaré esta etapa hasta el final de mis días.

Quiero que seas libre y no hago referencia a la mal interpretada libérrima libertad, quiero que no tengas prejuicios, que tu mente sea tan impoluta como tu alma, que te rodees de toda clase de gentes, de cada uno quédate lo mejor. No quiero imponerte nada, quiero que sean como un velero que el viento pasional y la cabeza fría te lleven donde quieras, que yo estaré sólo para anclarte en un buen puerto.

Te espera una sociedad corrompida, mentirosa totalmente ajena a la inocencia que hoy eres, pero tú serás libre y sortearas cada uno de los obstáculos que la vida misma te traiga. No tengo dudas.

Yo estaré desde la barrera observando y dándote la fuerza, amor y templanza para que seas lo que tú quieras. No me gusta decir mi hija, porque nadie ejerce la propiedad. María Celestes; eres tú, única, y yo soy yo, y si bien se originó en un acto de amor en el que participe libre, hoy celebro el hecho de tu existencia.

Quiero que tu vida sea el triunfo de la libertad personal y no de los protocolos inquisidores de la familia. Mi proximidad a ti me impregna de una felicidad tranquila, seré tu más adorada fisgona, para dejar constancia de lo que eres ahora, espiándote siempre con una sonrisa.

Creo que serás una mujer de carácter fuerte, pues lo intuyo, sabe lo que quiere y cómo expresarlo, a pesar de que no ha conocido las palabras: emite sonidos y gruñidos que nos comunica lo que quiere, creo que ya entiende el poder que ejerces en mí cuando algo necesita.

Mi madre mi fiel secuaz en esta ardua tarea, ha creado una magnífica conexión contigo, hasta puedo asegurar que se siente segura, querida y protegida, ríe mucho en su presencia; una manifestación genuina y pura de que ve en su rostro ya familiar el mismo amor que siento por ella.

Su casi carcajada que está próxima a desplegar llena de una alegría tranquila el aire que se respira en esta casa. Me asombra su seriedad y abyección ante los rostros incautos que le sonríen con excesiva confianza, en realidad creo que te molesta, adoro su desconcertante mirada para descubrir lo nuevo; mi pelo, voces, la barba del tío o las caras caricaturescas de la mini tía.

No quisiera nunca ser para ti la que critica, la que vigila, la que amonesta, la que juzga: prefiero sin ninguna prisa ser una bonita necesidad.

TE AMO MARIA CELESTE